CAFÉ COMERCIAL

Como ya adelanté el domingo, me hace especial ilusión esta entrada, al menos por lo deseado de la misma.

El sábado por fin entré en este histórico café. Al cruzar la puerta giratoria, te trasladas a otra época. Las prisas y el agobio de la ciudad desaparecen para deleitar el ambiente intelectual e inspirador que recogen esas paredes. 

No es difícil imaginar, tras el reflejo de sus cristales, a los reconocidos clientes en las tertulias que aquí tenían lugar. Ha sido fuente de inspiración de poetas y novelistas de distintas generaciones y eso se entiende cuando te ves envuelto por su atmósfera. Me fue inevitable imaginar la cantidad de historias que han sucedido entre sus columnas y paredes y es algo que me entusiasma. 
Pedí un chocolate con churros y puedo decir que es uno de los mejores que he probado en la capital( con el permiso de San Ginés). Con precio comedido, en una fría tarde invernal de Madrid, disfrutas de una merienda típica , deliciosa y con un sabor... así como a historia.
Sin duda, lo recomiendo mucho para cambiar el chip, para dejarse llevar por pensamientos bajo la cálida luz de sus lámparas.
Sin duda, volveré más pronto que tarde.

Me despido hasta el viernes....

Aaaaaaaa! Y se me olvidaba una cosa...Este lugar acoge la maravillosa práctica del 'café pendiente'. Para los que no la conocéis, es simple: alguien va, pide un café y paga dos, o tres...de modo que alguien sin posibles, podrá tomarse un café. Había oído y leído sobre este hábito, pero no conocía un sitio real en el que llevara a cabo y ha sido una grata sorpresa que aquí se practicara desde hace décadas.
Ahora si que si, os dejo. 
¡Besitosss!