Una comida muy especial...

16.12.13


¡Muy buenos días! Un lunes más estamos aquí, madrugando un poquito, pero con un pequeño detalle que hace que este lunes sea menos lunes.

Efectivamente, es el último lunes antes de Navidad. Para muchos será el último lunes laborable/estudiantil del año y para otros (entre los que me incluyo), no. Eso sí, el ambiente de trabajo no es el mismo ( a no ser que tengas el cierre de ejercicio del año y entonces el ambiente es peor, y también me incluyo).

No hay que ser pesimistas, así que me quedo con que me han dado dos días de vacaciones y podré viajar para estar con mi familia en Nochebuena, que es lo que importa, y me dará fuerzas para lo que tenga que venir después. En fin, no me enrollo más con estas historias que no me interesan ni a mi.

Este fin de semana he tenido una comida muy especial. Especial, como cualquier otra por la compañía (siempre especial), y especialmente especial por la comida en si.( ¡Hay que ver que especial me he puesto!)

¿Por qué tan especial? Bueno, veréis, por mis venas corre un poquito de sangre venezolana, y aunque para ser sinceros, nunca he estado allí y soy irremediablemente española, de vez en cuando, ha habido ciertas pinceladitas venezolanas en algunos momentos. Desde pequeña en casa y como cosa especial, se hacían arepas. Me di cuenta de lo poco común de la comida, cuando mis amigos en el cole no conocían ni por asomo eso que yo decía. Mi padre vivió de pequeño en Caracas (su padre era venezolano) y supongo que de vez en cuando, tenía morriña de aquellos recuerdos de la infancia. Unos años atrás, familiares suyos empezaron a llegar a Madrid ,algunos incluso, la establecieron como nueva ciudad de residencia y algo muy de allí, son las reuniones con sabor venezolano. 

De modo, que en esas reuniones probé las caraotas negras(unas judías negras de toda la vida) con arroz, plátano frito, carne mechada, (si juntas estos alimentos en un plato, tienes el plato nacional por excelencia, el pabellón criollo), la yuca, dulce tres leches y las hallacas(plato tipiquísimo de Navidad). Hace unos tres años, fui por primera vez a un restaurante venezolano y descubrí también los tequeños (unos palitos de queso deliciosos)y las cachapas (unas tortitas de maíz sabrosísimas con queso llanero...mmmmmmmm). 

El verano pasado, estuve dos meses en Boston con mi tía , ella es venezolana de pura cepa, aunque lleva muchos años en Estados Unidos y con ella conocí el asado negro, riquísimo(ni idea de lo que lleva ni como se hace) y el hervido o sancocho (idem de lo mismo, no tengo ni la más remota idea de su elaboración). En algún brunch venezolano en Boston conocí el perico (que es un revuelto de huevo con cebolla , pimiento rojo, pimiento verde y tomate) que se le suele añadir a las arepas. Y lo último en conocer, fueron los tostones (una especie de plátano rebozado, pero creo que esto es típico en más países latinoamericanos), aquí en Madrid en un restaurante. 
Hasta aquí mis nociones culinarias de este país, hasta ahora solo conocidas por su sabor. 

En general me gusta todo(suelo dar pocos problemas cona la comida, la verdad) pero me encantan las arepas y los tequeños y me requeteencantan las cachapas.

Muy de vez en cuando, a mis amigos, les hago probar algunas cositas. He descubierto en el centro de Madrid un restaurante fast food de arepas y algún producto venezolano más (como los tequeños), pero la cachapa no está entre ellos. Además, de cuatro sitios venezolanos en los que he estado en Madrid, sólo en dos tienen. Uno está muy lejos y en el otro, las arepas, no están muy allá.

El jueves tuve antojo de cachapa, así que decidí aprender de una vez a hacerlas. Llamé a mi abuela (que vivió unos cuantos años allí) y empecé a preguntarle cosas sobre los distintos platos que quería hacer. Fui al super, hice la compra de lo que necesitaba y fui a casa de mi novio, a quien iba a deleitar con dicho manjar. Hicimos tequeños, le enseñé la elaboración, muy complicada (enrollar masa quebrada en tiras de queso latino y freír). Y me puse con la cachapa, aparentemente no muy complicada. Los ingredientes son:


- 3 botecitos pequeños de maíz.
- 4 cucharadas de harina pan.
- 1 taza de leche.
- 3 cucharadas de azúcar (esto varía según lo dulce que te           gusten).
- 1 cucharadita de sal.
- 2 huevos
- 1 cucharada de mantequilla

(en mis recetas intentare evitar lo de 400gr de tal, 28 ml de cual...porque si no tienes báscula, estás listo)


Lo primero que hay que hacer, es triturar el maíz (cuidado si lo haces con batidora porque salta) y añadir los demás ingredientes. No tiene mucho misterio, sinceramente. Te queda una mezcla tipo tortitas, un poco mas espesa y amarilla con algún trocito de maíz...



Y ahora viene lo bueno...Hacerlas en la sartén. Se supone que hay que hacerlas como unas tortitas de toda la vida, en una sartén antiadherente, habiéndola bañado con mantequilla o aceite para evitar que se pegue (mientras escribía "evitar que se pegue" me ha salido sin querer una carcajada ¿por qué será?)echas una cucharada (de las que se utilizan para servir sopas, por ejemplo) o la cantidad que te venga mejor, según el tamaño que quieras. Hasta aquí todo precioso y sencillísimo. 
Pero llega el paso de darle la vuelta a la "tortita". El momento de hacerlo es cuando salen burbujitas en la mezcla...¡Qué desastre! Se me rompió...Vamos que hice un revuelto de cachapa. Voy a por la segunda, un poco mas pequeña, la dejo un pelín mas de tiempo para que se haga más y no se rompa...¡Desastre! se me quema. Hago otra...semi rota, semi quemada ("¡bien vamos avanzando!")...Total, como a la quinta salió algo decente y ya a la sexta algo más que decente. Rica rica. ¡Pero ya no quedaba más mezcla!
Mientras nos peleábamos con las cachapas nos comimos los tequeños. 



También nos comimos los restos del desastroso revuelto, con eso de probar si la masa estaba rica o no (nos lo comimos todo porque estaba rico), y para ser sinceros, la cachapa es consistente , o sea, llena muchísimo  y para cuando nos íbamos a sentar a comer no tenía hambre. Pensaba hacer unas arepas, pero tras dos horas intentando que salieran bien unas "tortitas" se me quitaron las ganas , así que las dejé pendientes para otro día. La boloñesa que hizo mi novio, iba a ser para las arepitas, pero a falta de ellas, probamos que tal quedaba con la cachapa. ¡Buenísimo!
La cachapa yo siempre la he probado con queso, tipo latino, pero con la carne queda bastante bien. Y aquí está el resultado:




Para comer, se le echa, en este caso, la carne dentro y se dobla la cachapa por la mitad, haciendo como un sandwich.
Espero que la siguiente vez que las haga no tenga que hacer tantas pruebas. Pero desde luego las volveré a hacer, porque !están riquísimas!
Para ser sincera debo de reconocer que no habrían sido posible sin la estimable ayuda de mi maravilloso novio. (Ala, ya lo he dicho, espero que estés contento).
Y tú ¿te atreves a hacerlas?

¿Cuántas veces he repetido la palabra especial en esta entrada?





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