Tiempo añadido...

21.4.15


Tiempo añadido. Esta expresión os resultará familiar. A todos o a la gran mayoría (en España) nos vendrá a la cabeza un partido de futbol.

Si hay una falta, por ejemplo, los minutos que se pierden en colocar el balón, elegir quien tira, poner una barrera y todo lo que surja, transcurridos los 45 minutos que dura cada parte del partido, se le añaden. Parece lógico, ya que ha habido tiempo en el que no se estaba a lo que se tenía que estar, en este caso, jugar al futbol.

Bien, esto no es una entrada sobre futbol, nada más lejos, pero esta me ha parecido la mejor metáfora para contaros lo que sí he venido a contar.

En la vida no hay tiempo añadido. Cada segundo perdido, no se te suma al final de tu tiempo. No hay árbitros que cronometran los minutos que no empleaste en hacer lo que has venido a hacer, para regalártelos a las puertas del final de tu partido de la vida.

Dicen que la vida es injusta, porque cuando por fin le coges el gusto, se acaba y no hay manera de conseguir ese tiempo que perdiste haciendo nada.

Supongo que hablar con toda la experiencia que unas cuantas décadas te dan, resulta fácil. Cuando has sumado etapas y vivencias juzgar al pasado resulta muy evidente. Judgar a otros que a penas acaban de llegar es sencillo.

Pero cuando se es joven, cuando todavía quedan muchas cosas por aprender y vivir, cuando todavía estas mirando allí y allá, intentado comprender el mecanismo de esto que llamamos vida, cuando recibimos más información de la que podemos procesar, cuando parece que todo el mundo tiene la clave y nos dice como tenemos que actuar , ahí estar perdido es normal.  (Un aplauso para los que no lo están)

Remar incansablemente para encontrar un destino, no es una perdida de tiempo. Quedarse quieto esperando a que la marea nos lleve, sí. En ambos casos estamos en el inmenso mar sin saber donde tenemos que llegar, pero la actitud y las ganas de hacer, será lo que marque la diferencia.


Mientras remas observarás tus fallos y aprenderás como hacer para llegar donde quieras atracar; cuando te dejas, aprenderás tarde (cuando hayas llegado a una orilla y te sientas a salvo) que tu destino no es en el que querías estar. Y para entonces amigo, no habrá tiempo que sumar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario .