El tiempo pasa y el pelo crece

Estoy empezando a pensar que mis clases de spinning son fuente de inspiración, a falta de experiencias dolorosas o demasiado felices que hagan las veces de musa.

Algo tan tonto como hacerse una coleta, ha abierto en mi un mundo de posibilidades...

Te cuento (te voy a contar mi vida brevemente en el siguiente párrafo, aviso):

Hace cosa de mes y medio me corté el pelo, quería cambiar un poco el look pero sin pasarme, porque la vida me demostró, que esas cosas radicales no eran lo mío. Total que quería hacerme un flequillo largo, para darle un poco de movimiento a la cara. Como era de esperar, me cortaron un poco más de lo que imaginaba, y aunque me gustó el resultado, al hacerme coleta me quedaban mechones delanteros sueltos, cosa que para mi es bastante molesta y más si voy a hacer deporte. Por suerte existen las horquillas, pero incluso con horquillas cuando pedaleas a todo trapo se escapa algún pelo, haciendo menos placentera la clase. Pierdes la concentración y te centras en el maldito pelo que se te mete en el ojo... Así somos, mejor nos fijamos en una cosa tan tonta como un pelo  y olvidando la descarga de adrenalina y el consecuente bienestar que aporta una buena clase de spinning (aquí debes identificar, según tu caso, el pelo y la clase de spinning).

Pues ayer, ¡por fin!, volví a poder hacerme una coleta y que ésta recogiese cada uno de mis cabellos (¡Ay que ver lo poético que suena la palabra cabello!).

El tiempo pasa y el pelo crece, amigos. O si lo preferís, no hay mal que cien años dure.

No dejes que un pelo te amargue el momento, recuerda SIEMPRE que tarde o temprano crecerá y podrás dejarlo  a un lado sin que apenas lo recuerdes.